sábado, 2 de abril de 2011

Nuestra Señora de la Altagracia


Virgen de la Altagracia
La Virgen de la Altagracia es la Protectora del Pueblo Dominicano (por confusión, muchas personas piensan que es la Patrona del país; la Virgen de las Mercedes es la Patrona de la República Dominicana). Su devoción, por parte de la población católica, se inició en el país durante el período colonial, de donde pasó a otras regiones de América.
El 12 de mayo de 1512 es erigida en parroquia la villa de Salvaleón de Higüey por el obispo de Santo Domingo, García Padilla. Para esa época, se instalaron en Higüey los hermanos Alonso y Antonio de Trejo, naturales de Plasencia, en Extremadura (España), quienes fundaron un trapiche para producir azúcar. Al mudarse estos hermanos a la villa de Higüey, trajeron consigo la imagen de la Virgen de la Altagracia y, más tarde, la ofrecieron a la parroquia para que todos pudieran venerarla.
En su relación del año de 1650, el canónigo Luis Gerónimo de Alcócer dice:
“La ymagen miraculosa de nuestra Señora de Alta Gracia está en la villa de Higüey, como treynta leguas desta Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa ymagen: consta que la trayeron a esta ysla dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trexo que fueron de los primeros pobladores desta ysla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Governador desta Ysla que los acomode y aproveche en ella, y aviendo esperimentado algunos milagros que avia hecho con ellos la pusieron para mayor veneracion en la yglesia parroquial de Higüey, adonde eran vecinos y tenían haciendas. Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella villa, porque a los principios embiaron por ella el Arzobispo y cabildo de la Cathedral y se desapareció de vn arca adonde la traian cerrada con veneración y cuidado y el mesmo tiempo se apareció en su yglecia de Higüei adonde solia estar; está pintada en un lienzo muy delgado de media vara de largo y la pintura es del nacimiento y está Nuestra Señora con el Niño Jesús delante y San Joseph a sus espaldas. Y con aver tanto tiempo tiene muy vivos los colores y la pintura como fresca; van en romería a esta santa ymagen de Nuestra Señora de Alta Gracia de toda ysla y de las partes de las Indias que están más serca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriven, algunos en señal de agradecimiento, los hacen pintar en las paredes y otras parte de la yglecia y con ser los menos ya no ay lugar para más; son muchas las lismosnas que se hacen a esta santa yglesia y así está bien proveída de ornamentos y tiene muchas lámparas de plata delante de su santa ymagen”.
Desde principios del siglo 17, y quizás poco antes, la devoción por la Virgen de la Altagracia pasó a Puerto Rico, específicamente a Coamo. Los viajeros que se trasladaban desde la Isla de Santo Domingo a Puerto Rico lo hacían por el "puerto del Higüey" (Boca de Yuma) y atravesaban el Canal de la Mona para llegar al puerto de San Germán. Por temor a los piratas que frecuentaban estos mares y mientras esperaban barcos en el "puerto del Higüey", los viajeros acudían al santuario de la Virgen de la Altagracia en la villa de Higüey, implorando su protección contra los peligros del mar y de los piratas.
Antonio Cuesta Mendoza escribe en el tomo II de su Historia Eclesiástica de Puerto Rico"De muy antiguo debió haver devotos en esta advocación pues ya para el 1647 le habían erguido una ermita particular [en la villa de San Blas de Coamo]". De hecho, hay evidencia de que esta capilla ya estaba construida para el año 1622, o posiblemente desde antes.
En 1690, los españoles encabezados por Antonio Miniel invadieron el territorio del Oeste y el 21 de enero derrotaron a los franceses en la histórica batalla de la Sabana Real de la Limonade, pereciendo el gobernador francés Cussy en la acción y retirándose luego los españoles a Santiago.
Como las tropas procedentes del Este de la isla elevaron sus plegarias a Nuestra Señora de la Altagracia la víspera del combate, al verse triunfantes iniciaron la celebración de su fiesta religiosa en ese día (21 de enero), en vez del 15 de agosto, costumbre que se ha mantenido a través de las generaciones hasta nuestros días.
En 1692 el arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo escribió una carta dirigida “a todos los fieles cristianos, estantes y habitantes, vecinos y moradores de este nuestro arzobispado” en donde por primera vez aparece una autoridad eclesiástica aprobando como buena y válida la fiesta de los 21 de enero.
Basílica de Higüey
Basílica de Ntra. Sra. de la Altagracia
Al pasar el tiempo, se perdió el conocimiento del origen de la imagen. Fue el padre Gabriel Benito Moreno del Christo quien años después inventaría la leyenda del "Viejo, los Dos Ríos y del Sueño Misterioso", que el poeta y escritor Rafael Deligne recogió en su obra Encargo Difícil y por igual el escritor y también poeta Juan Elías Moscoso en su obra Chiquitica de Higüey. Pero la leyenda surge debido a vacíos en la historia y, unida a los datos históricos, nos dan una percepción de lo que fue la realidad. La leyenda y la historia se complementan.
A principio del siglo 20, Monseñor Arturo de Meriño, Arzobispo de Santo Domingo, pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia suplicando, además, que fuese como festividad de precepto los 21 de enero, ya que los 15 de agosto no se podía pues la Iglesia Católica celebraba en esa fecha el Misterio de la Asunción de la Virgen a los Cielos. El pedimento fue aprobado y la concesión es efectiva para toda la Arquidiócesis de Santo Domingo. El 21 de enero fue declarado oficialmente día no laborable y de fiesta nacional en todo el territorio nacional durante el gobierno de Horacio Vásquez.
La imagen de Nuestra Señora de Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces. El 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío Xl, sobre el Baluarte 27 de Febrero o Puerta del Conde fue canónicamente coronada Nuestra Señora de la Altagracia, traída desde su Santuario de la Villa de Higüey, hasta la Capital de la República
El Papa Juan Pablo II, durante su visita al país, coronó personalmente el 25 de enero de 1979 a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la virgen.
La advocación de la Virgen de Altagracia es muy popular, concurriendo a su santuario todos los años numerosas romerías que van desde los más apartados confines de la isla a ofrendarle los votos y promesas hechas en momentos de tribulación. Su santuario se encuentra en la ciudad oriental de Salvaleón de Higüey.

viernes, 1 de abril de 2011

Cultura Altagraciana

 La provincia La Altagracia es el lugar donde la religiosidad popular dominicana alcanza la mayor expresión. Después de 500 años, continúa siendo el lugar de peregrinaje más concurrido en toda la cuenca del Caribe. A las fiestas del 21 de enero de cada año concurren cientos de miles de peregrinos, y alrededor de esta celebración se expresan diversas manifestaciones culturales que dejan al descubierto la compleja configuración de la cultura nacional
Pero la devoción nacional por la Virgen de la Altagracia no solamente se expresa cada 21 de enero, pues los restantes 364 días del año cuentan para que los dominicanos acudan solícitos al santuario de Higüey a dar muestras de amor a la Virgen, que ostenta la categoría de protectora del pueblo dominicano.

El día de Nuestra Señora de la Altagracia se celebra, desde el siglo XVII, el 21 de enero. Estos festejos se preparan con antelación e incluyen innumerables actividades, que muestran el significado cultural de las celebraciones.


Los festejos de la Virgen de la Altagracia se inician el 12 de enero y hasta la culminación el 21 siguiente se produce un despliegue de manifestaciones culturales de extraordinaria riqueza por su variedad. Es importante resaltar que estos festejos no se reducen al ámbito provincial. Existen más de veinte municipios y comunidades, donde la Virgen de la Altagracia es considerada como la patrona local; incluso, en otras se han erigido pequeños santuarios que exhiben réplicas de la imagen de la Virgen, para facilitar las expresiones de devoción, ante las dificultades que supone salvar la distancia que separa de Higüey.


De acuerdo con el Calendario folclórico dominicano, de Dagoberto Tejeda, Iván Domínguez y José Castillo, estos son algunos de los lugares del país donde se hacen fiestas paralelas a las de Higüey en honor a la Altagracia: Arroyo Hondo (en Baní, Cabrera (María Trinidad Sánchez), Castañuelas (Montecristi), Pedernales, La Victoria (Provincia Santo Domingo), Villa Altagracia (San Cristóbal), Nagua (María Trinidad Sánchez), Las Yayas (Azua), Río Arriba (Peravia), Monte Plata, Paraíso (Bahoruco), Acosta (Samaná), La Montería (Peravia) y Nizao (Peravia). La Virgen de la Altagracia también es la patrona de la provincia San José de Ocoa, de reciente creación.


De acuerdo con la misma fuente, las “novenas” culminan “con misas, rezos, cantos, peticiones y aclamaciones, entre salves y atabales...”


“Las salves dominicanas son expresiones musicales y cantos semisagrados, originados de la liturgia tradicional católica, las cuales han sido recreadas, criollizadas, en un sincretismo singular; creador; de donde, por el ritmo, los instrumentos, las técnicas del canto y el contenido, dan como resultado una modalidad español-europea y otras, de expresiones africanas. Las salves tienen una dimensión muy solemne; en ocasiones, se bailan, y son ejecutadas con balsié (tambor pequeño de un solo parche), tambora tradicional (dos parches), panderos y güiros.”


"Los palos o atabales son manifestaciones musicales y danzarias semisagradas y de regocijo, sincréticas (europeoafricano), con ritmos, instrumentos y técnicas vocales de origen africano, cuya base fundamental son tambores básicamente congos-dahomeyanos, de un solo parche, que se tocan con ambas manos y se acompañan indiscriminadamente de güiro (de metal), palitos y maracas, casi siempre en grupos de tres, que reciben en casi todos los lugares el nombre de palo mayor, alcagüete y adulón, por parte de los músicos populares.”


En el caso de la provincia de La Altagracia, las fiestas alrededor del 21 de enero incluyen manifestaciones como la ofrenda de los toros de la Virgen, una antigua tradición vinculada a la ganadería de la región oriental del país. La ofrenda consiste en la donación de ganado vacuno, que antes de su entrega es exhibido en desfiles de mucho colorido, que en el pasado concluían con corridas de los mejores animales. Las lidias de toro, costumbre de origen hispano, sólo se practican en la actualidad en la provincia El Seibo.




La Hermandad de los Toros de la Virgen



La Hermandad de los Toros es una antigua institución higüeyana que se organizó para contribuir a la celebración del 21 de enero, después del triunfo de la batalla de la Sabana Real o de la Limonada, de 1691. Cuenta Vetilio Alfáu Durán que los hateros de la región se comprometieron a contribuir cada uno con un toro. Para colectar los animales se creó la hermandad, cuyos miembros iban de finca en finca reuniéndolos. Esta institución tuvo una larga existencia, hasta que desapareció durante el periodo de fusión con Haití, entre 1822-1844. No fue sino a partir de 1916 cuando se reestableció dicha hermandad. De acuerdo al Calendario folklórico dominicano de Dagoberto Tejada, Iván Domínguez y José Castillo Méndez, en la actualidad los toros llegan a la basílica de Higüey los días 14 de agosto.


Dicen estos investigadores que los “...Comisarios de la Virgen recorren los campos de la región, recogiendo los toros-ofrendas, rezando, tocando salves, atabales, con ruedas de cantos de toro, los cuales terminan a su llegada a la ciudad de Higüey, cuando el sacerdote católico o el obispo los bendice. Todos los trayectos de peregrinación se convierten realmente en testimonios y vivencias de fe, de gente que a pie y a caballo desafían las distancias al sol, los caminos y las noches.”


Promesas y Ex votos


Uno de los aspectos más destacados del culto a la Virgen de la Altagracia entre los dominicanos está íntimamente relacionado con los poderes extraordinarios que a ella se le atribuyen. Se tiene la creencia de que la Virgen puede remediar toda clase de problemas, por lo que muchos de sus devotos le piden que interceda por ellos.


A cambio del remedio, los creyentes hacen promesas o mandos a la Virgen y se aprestan a cumplir al ser retribuidos. Las promesas o mandos son de carácter muy íntimo, por lo que es difícil medir la dimensión del fenómeno y su naturaleza. Sin embargo, pueden observarse algunas manifestaciones singulares, como las peregrinaciones de devotos y devotas que se atavían con indumentarias blancas de santos, realizando largas caminatas desde diferentes puntos del país hasta el santuario de Higüey u otros de los santuarios menores que existen en el país. Otra manifestación relacionada con las promesas son los ex votos.
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En su libro titulado Ex votos y milagros del santuario de Higüey, monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito habla de esta práctica. Una de las más antiguas expresiones que conocemos fue un machete usado por los higüeyanos que lucharon en la batalla de la Limonada. Al volver a su tierra, éstos fueron a depositarlo como ofrenda a la Virgen por haberles concedido el triunfo.


Los ex votos suelen ser figuras labradas en metales como el oro, la plata y el bronce, con símbolos generalmente humanos o también de objetos como viviendas, carros, predios agrícolas, etc. Uno curioso es el de un billete de lotería que trae estampado su número. Dice el arzobispo Polanco Brito que estos objetos son miles. Lo que sus variadas formas representan no deja dudas de que quienes los mandaron a confeccionar quisieron dejar constancia de haber sido favorecidos por la Virgen por un determinado milagro.

La Virgen de la Altagracia en la novela La Fantasma de Higüey

                                                                                                                      

Para tener una idea adicional de la veneración de la Virgen de la Altagracia por parte de los dominicanos concluiremos hablando de La Fantasma de Higüey, una novela publicada en 1857 y escrita por Javier Angulo Guridi, quizás la primera obra de su género publicada por un escritor nativo.


De tema indigenista, la novela narra una historia de amor que concluye en una tragedia en la isla Saona en el siglo XVII. Se trata de una pavorosa historia que comenzó una noche oscura, mientras varios personajes navegaban por el litoral Sur de la provincia la Altagracia.


El narrador es el tío Bartolo y el interlocutor es Don Javier. El tío Bartolo es un pescador solitario que vive apartado del mundo desde hace 30 años, en un lugar situado entre Bayahíbe y Cumayasa. El indio Tuizlo es el principal personaje de la novela, quien era hijo de un cacique de Samaná. El falso dominico, fray Carlos o Cayetano, es el segundo personaje. Se trata de un usurpador de funciones, capaz de urdir los planes más vesánicos, ciego de celos y envidia.


El conocido pirata Morgan es otro de los personajes centrales, del cual Angulo Guridi expone facetas éticas, pese a su calidad de pirata. Isabela y Don Ricardo, hija y padre, el capitán Sotero y Lidia, la hija de Morgan, son los demás personajes. Esta última es utilizada por fray Carlos o Cayetano para llevar a cabo sus planes, los que cumple la muchacha tal como lo planea el malvado personaje.


Como consecuencia de su acción, la novela concluye en la tragedia aludida. Por eso, al final de la obra señala que “...se oyen en la Zaona unos tristísimos gemidos y unas voces que piden perdón del lado de la playa siempre que la luna brilla; y en el pueblo de Higüey se ve vagar la figura de una mujer en torno del Santuario de la Altagracia. Es evidente que esos gemidos son los de Lidia

jueves, 31 de marzo de 2011

Turismo Punta Cana

                                 Punta Cana

 
 
                                        Punta Cana - República Dominicana
 
 
Punta Cana es una localidad ubicada en la Costa del Coco. La Costa del Coco comprende unos 60 kilómetros en la parte más al este de la isla. Esta costa es una de las más extensas del litoral de República Dominicana. Aquí se extienden kilométricas playas de cocoteros de aguas templadas.
La playa de Punta Cana se extiende a lo largo de 2 kilómetros. Es una playa tranquila y no está masificada por el sector hotelero. Aquí tan sólo se pueden encontrar tres hoteles.
Los grandes y abundantes complejos hoteleros se encuentran situados en Bávaro y Punta Arena Gorda, muy cerca de Punta Cana. Los hoteles se alinean a lo largo de 24 kilómetros. Los hay de todo tipo aunque practicamente todos ellos cuentan con magníficas infraestructuras como para pasar unos buenos días de descanso. Aquí se puede disfrutar de las hermosas playas, piscinas, deportes acuáticos, tenis, golf, bailar y por supuesto mucho comer y beber. Los sistemas de régimen de alojamiento en estos complejos de "Todo Incluído" son los más populares, permitiendo a los huespedes gozar de todos los servicios a un precio muy competitivo.
Viajar a Punta Cana y a Bávaro es para descansar y disfrutar de sus playas. Los pueblos más cercanos a estas playas son poblaciones muy humildes y no existe ninguna atracción cultural relevante. Tan sólo cabe destacar la ciudad de Higüey, situada a unos 50 kilómetros de la Costa del Coco. En esta ciudad se encuentra la basílica de Nuestra Señora de la Altagracia, santa patrona del pueblo dominicano. Es un gran centro de peregrinaje para todos los fieles dominicanos especialmente en el mes de Enero que se celebra el día de la patrona.
La costa de Punta Cana y playa Bávaro ha tenido un gran auge en los últimos diez años. Todo apoyado por grandes inversiones turísticas que han construído los mejores complejos hoteles de todo el Caribe. También esta zona ha sido impulsada y apoyada por diferentes famosos. El cantante Julio Iglesias y el diseñador dominicano Oscar de la Renta han invertido mucho en esta zona y son copropietarios de gran parte de la ciudad de Punta Cana y de su aeropuerto. Oscar de la Renta pese a viajar frecuentemente a Europa y a los Estados Unidos pasa la mayor parte de su tiempo en esta zona en la conocida gran mansión que construyó en Los Corales.






miércoles, 30 de marzo de 2011

Hisoria de higuey

Etimología

Higüey era también la denominación de un casicasgo del Este de la Isla. Según algunos autores GUEY o HUIOU es sol en taíno.                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

                                                Historia

Para 1503, Juan de Esquivel conquistó este cacicazgo y fundó una fortaleza la cual convirtió en 1506 por orden de Ovando en una villa, llamándola Salvaleón de Higuey. Más tarde, por Privilegio Real despachado desde Sevilla el 7 de diciembre de 1508 se le concedió a esta villa el Escudo de Armas. Durante el período colonial español, Higüey permaneció como Parroquia del partido del Seibo. Luego en 1801, debido a la división territorial llevada a cabo por Toussaint-Louverture durante su dominio de la parte española de la isla, pasó a ser un distrito del departamento del Ozama.
Esta provincia, la más oriental de la isla, coincide en buena medida con el antiguo cacicazgo aborigen de Higuey, último sitio en que se consolidó la dominación española tras dos cruentas guerras. Desde su territorio, el conquistador Juan Ponce de León organizó la expansión hacia la vecina isla de Puerto Rico. Tras unas décadas, Higuey fue trasladada lejos de la costa, al igual que las restantes villas del este.
A pesar de su lejanía de Santo Domingo, en la época colonial hubo actividades agrícolas, como caña de azúcar, jengibre y cacao. Pero con rapidez la zona se identificó fundamentalmente con la ganadería extensiva. Su remota ubicación no significó aislamiento, fundamentalmente debido la fundación del santuario de Nuestra Señora de la Altagracia, visitado por peregrinos de todo el país e incluso de países cercanos. Aunque proveniente de España, esta virgen fue asociada con el colectivo dominicano. Intensos procesos sociales y culturales se dieron cita en conexión con el culto altagraciano, como las cofradías para organizar las procesiones y desfiles y la recolección de donativos en especie.
La forma en que evolucionó la zona durante los inicios de la modernización dio lugar a que se constituyeran las fincas más extensas del país, en manos de unos cuantos hacendados salidos del reducido círculo de comerciantes y funcionarios, como Tomás Morales, Franko peña, Modesto Cedano, Oscar Valdés y Eduardo Guerrero. Hasta hace escasas décadas, Higuey seguía condicionado por relaciones sociales ancestrales.
El latifundio higueyano se asoció con diversos factores, como la escasa población, la posición marginal del territorio y el predominio de suelos rocosos. Todavía hoy es una de las provincias con menor densidad demográfica.
Vino a ser en la década de 1970 cuando esa situación empezó a modificarse, por efecto de la fundación de colonias cañeras por efecto de los elevados precios del azúcar. A inicios de la siguiente década comenzó el interés de corporaciones españolas y de otros países por las playas del extremo oriental de la isla, sobre todo Punta Cana y Bávaro. En la actualidad, esas y otras playas constituyen el principal polo turístico del país y la común cabecera de Higuey es una de las ciudades con mayor crecimiento poblacional.

                                             Religión

                                     Basilica nuestra señora de la Altagracia

En esta provincia, en la ciudad de Higüey, se encuentra la Basílica de Nuestra Señora la Virgen de la Altagracia, Protectora del Pueblo Dominicano. En ella se aglutinan el 21 de enero de todos los años, millares de dominicanos para rendirle culto a la Virgen de la Altagracia.
A nivel nacional los católicos representan el 70% de la población y los evangélicos alrededor del 20%, mientras que en Higüey, centro nacional católico por estar en esta ciudad la Basilica de Nuestra Señora de la Altagracia, los católicos representan aproximadamente el 60%, mientras que los evangélicos representan el 35% de los cristianos higüeyanos.

               El Santuario San Dionisio de Higuey

Iglesia de San Dionisio, Higüey, Dominican Republic

La histórica villa de Salvaleón de Higüey, fundada hacia el año 1505 por Juan de Esquivel, conquistador de Jamaica, blasonada con escudo real por orden del Rey de España, fue el primer santuario de María en América.
El actual templo de mampostería se comenzó a edificar a mediados del siglo XVI por el Can. Don Alonso de Peña y el Mayordomo Don Simón Bolívar, quinto abuelo del Libertador de América del Sur. Esta sólida construcción que ha resistido inconmovible como una roca a todas las inclemencias del tiempo, tiene una sola nave, sobria, con techo en forma abovedada, que sostienen cinco arcos, de elegante sencillez y robustez. La cúpula forma una media naranja completa y una concha cobija el sitio que ocupa el altar mayor. Una estrella formada de piedra es la decoración de la cúpula; en los arcos lucen incrustados en serie hermosos rosetones. El altar mayor, en cuyo centro se destaca el nicho de plata que guarda el Santo Retablo, es obra de arte del siglo XVI, magnifica, ejecutada en rica caoba tallada a mano. La mesa del saltar luce un artístico frontal de plata, metal que cubre también las gradas y el Sagrario.
La parte exterior del templo es sencilla, así como la torre o campanario, de escasa elevación, que guarda sonoras campanas donadas por el piadoso caballero don Joaquín Alfáu en el año de 1864, quien también obsequió el pavimento de mármol del templo en el año de 1876.
El Santuario atesora valiosísimas prendas de valor histórico, que son objeto siempre de la curiosidad de los visitantes; entre otras se encuentran principalmente: el marco de oro y plata de la Virgen, con incrustaciones de piedras preciosas, destacándose en él la rica esmeralda rodeada de brillantes, que su Santidad Pío X regaló a nuestro bien recordado Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel en ocasión de su elección como Presidente de la República, y que ese ilustre prelado donó a la Virgen de la Altagracia como segura prenda de su amor y acendrada devoción; una gigantesca y artística custodia de oro de la era colonial; un elegante trono de planta con incrustaciones y campanillas de oro del año 1811 para sacar la procesión del Sagrado Cuadro de la Virgen; un vistoso guión de plata obsequio del Presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo en el año de 1737; Igualmente, de oro y plata una porta viático; un crucifijo, dos cálices y copones, seis varas del palio, cruz y ciriales parroquiales, candelabros y floreros, y otros objetos del culto de plata antigua.

Hoy la joya de mayor valor histórico, religioso, espiritual y material con que cuenta el santuario, es la hermosa corona de oro y piedras preciosas, rematada en una cruz de diamantes que sostienen dos ángeles de oro macizo, de siete filos de peso, que fue confeccionada con el oro y alhajas donados por el Pueblo Dominicano para su Canónica y Pontificia Coronación, celebrada sobre el Altar de la Patria el 15 de agosto del año 1922.


 




Bomberos



HISTORIA DEL CUERPO DE BOMBEROS

El día 1 de Mayo del año 1951 fue fundado el Benemérito Cuerpo de Bomberos del Municipio de Salvaleon de Higuey.

Un grupo de personas interesados en que se fundara, se reunieron en la glorieta del parque central 15 de Agosto y se acordó la fundación de dicha institución, pasada dicha reunión se dirigieron a la sindicatura y pusieron en conocimiento al sindico en ese entonces el señor EMILIO MENDEZ, costo mucho trabajo convencerlo, fue entonces que el Ayuntamiento alquilo una casa para albergar el Cuerpo de Bomberos, ubicada en la calle Cleto Villavicencio esquina Pedro Livio Cedeño.

Los primeros equipos que se utilizaban eran muy crítico, pues solo se contaba con algunos trozos de mangueras, un pistón de chorro solidó, Cuatro Extintores de espumas, una hacha y un pico.

En aquel tiempo se fundo con mas de ochenta (80) hombres voluntarios, en donde su mayoría eran hombres maduros, además habían hombres defensores del Gobierno de Trujillo, algunos de ellos veteranos de las Instituciones Castrenses, Al inicio de la agrupación bomberil en Higuey, el coronel jefe lo era el comerciante RAFAEL GERALDO CASTILLO (fallecido), quien comando la institución hasta el año 1964, en ese tiempo se había cambiado de casa, en solo un año fueron inquilinos dos veces, Primero en la dirección antes mencionada y luego donde estaba el viejo Ayuntamiento, en la calle Altagracia, después en la calle 27 de Febrero, donde estaba el colegia 21 de Enero del profesor Simeón Papua (fallecido), también estuvo en el viejo cuartel de la Policía Nacional, donde esta La Plaza de la Restauración, frente al cementerio viejo y por ultima ves como inquilino estuvo en la calle Altagracia esquina Gastón Fernando Deligne.

En el año 1964 el coronel Castillo dejo de ser el jefe del Cuerpo de Bomberos, y como jefe interino lo fue el señor RAMONCITO MORALES, quien fue propietario de la emisora Radio Sol (desaparecida), En el mismo año fue sustituido por el profesor JOSE TIMOTEO MADURO. Quien llevaba el rango de mayor. En aquel tiempo los jefes de bomberos exigían a los miembros de la institución el estilo Trujillo, por lo que tenían
Muchos disgusto dentro del personal puesto que eran amenazados por los mismos superiores sino se cumplían las cosas al pie de las letras.-

Para esos años surgió como sindico el señor HOMERO GONZALESZ. Fue entonces cuando empezó a ver un pequeño desarrollo en la institución, y un poco de apoyo moral de las partes de las autoridades municipales. Fue entonces cuando todos los bomberos se dispusieron para que el señor ROGELIO BERROA DEL ROSARIO, fuera el jefe en sustitución del profesor MADURO